sábado, 16 de octubre de 2010

Sonia Delaunay


A Sonia Delaunay la contemplamos siempre como un reverso de su marido Robert Delaunay, aunque también en esta ocasión, como en tantas otras, la figura de Sonia alcanza su propia valoración artística.

Sonia Terk nació en Ucrania, en el seno de una familia judía, que a los cinco años la dejó en adopción de unos tíos maternos, que sin duda influirían decisivamente en el devenir de la vida de Sonia. Gracias a ellos pudo vivir en una situación mucho más holgada, con ellos se trasladó a San Petesburgo, y fueron ellos los que la animaron a estudiar arte. Primero en Alemania y luego en París, la joven Sonia pudo así desarrollar su aprendizaje artístico y lo que siempre es más importante en estos casos, relacionarse con los mejores artistas de la época.

La primera etapa de la obra de Sonia Terk está muy influenciada por los postimpresionistas, en especial por Van Gogh y Gauguin, y por la pintura de moda a su llegada a París en 1905, los fauvistas. Pero su vida cambiaría radicalmente al conocer a Robert Delaunay con el que se casaría en 1910. Uno y otro, trabajando como un equipo, dieron lugar a una variante del cubismo, mucho más abstracto y colorista, que Apollinaire denominó “Orfismo”.

Siempre se ha considerado el inductor del Orfismo a Robert Delaunay, pero parece ser que fue un hecho un tanto casual el que dio lugar a este nuevo ensayo de expresión plástica, pues en realidad fue Sonia la que al confeccionar una colcha para la cuna de su hijo con retales de colores que encontró por la casa, siguiendo el modelo que tantas veces había visto hacer a las campesinas rusas, se encontró con una muestra artística llena de formas y colores que realmente le inspiró. La colcha se convirtió en una referencia para el matrimonio, que a partir de ese momento inició lo que ellos llamaron Simultaneismo, y que los críticos como hemos visto denominaron Orfismo. Desde entonces, las obras de ambos se repiten en una misma línea de formas abstractas, predominantemente circulares y colores vivos llenos de fuerza expresiva.

Sonia aplicó esta misma plástica a la confección de telas, de la que se convirtió en una consumada especialista, hasta el punto de dedicarse con mayor interés al campo de la moda que al de la pintura durante sus años de casada. Especialmente cuando al comenzar la I Guerra Mundial, el matrimonio se queda a vivir en España, y Sonia aprovecha para confeccionar los trajes de los ballets de Diaghilev, e incluso para abrir una boutique en Madrid. Sus trabajos en este ámbito revolucionaron el diseño textil y de alguna forma le dieron la fama que no había alcanzado con la pintura, de lo que a su vez se deduce que su figura aparezca mucho más vinculada al entorno de la moda y el trabajo textil que al de la pintura.

Sería a la muerte de Robert, en 1941, cuando Sonia Delaunay volvería a reencontrarse con la pintura, sin dejar por ello de promocionar la obra de su marido con el que en muchas ocasiones se confundía la realizada por ella misma. Sus pinturas de este periodo no obstante varían algo su estilo anterior, inclinándose ahora por realizar guaches de formas más delicadas y sencillas, aunque sin perder nunca la alegría y la fuerza del color.

En 1964 ya expuso en el Louvre en una antológica de la obra de ella y su marido, y en 1975 pudo realizar una exposición individual en el mismo museo, siendo así la primera mujer que expuso en vida en el Louvre, sólo cuatro años antes de morir en 1979.



SONIA DELAUNAY





EL ESTILO SONIA DELAUNAY










LAS PINTURAS DE SONIA DELAUNAY

(Vestidos en simultáneo)


(Philomene)





(Le Bal Bullier)





(Market At Minho)


(Rythm Color)